La Dirección General de Bienes Culturales e Instituciones Museísticas de la Consejería de Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía ha autorizado el traslado de uno de los dos pecios, así como excavaciones en los dos barcos hundidos y hallados en el Puerto de Cádiz durante las obras de construcción de la nueva terminal de contenedores.
Tras el informe favorable del Centro de Arqueología Subacuática (CAS) a la petición de traslado del pecio que el pasado 9 de julio hizo la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz, la Consejería de Cultura ha resuelto autorizar tanto la medida cautelar de traslado de dicho pecio como actividades arqueológicas en ambos barcos localizados. Para ello, la Consejería de Cultura y Deporte encargó un informe técnico que acaba de ser entregado a la Delegación de Cultura de Cádiz y trasladado, a su vez, a la Autoridad Portuaria.
En este sentido, Cristina Saucedo, delegada territorial de dicha Consejería, ha aplaudido, a través de un comunicado, la "diligencia" con que la Junta de Andalucía "ha cumplido con su parte del trabajo" y confía en que la actividad arqueológica autorizada, que será inspeccionada por dos arqueólogas de la Delegación de Cultura, sea "fructífera".
Cabe recordar que ambos pecios históricos fueron localizados durante los trabajos de control y seguimiento arqueológico en las obras antes citadas.
El primero de los pecios se encuentra sobre un montículo de fango entre los 16 y 19 metros de profundidad y mide 21 por siete metros. Durante las obras, la draga había socavado los sedimentos a ambos lados del pecio por lo que, dada su inestabilidad, se ha decidido, como medida cautelar, el traslado previo a la intervención arqueológica. Dicho traslado consistirá en el desplazamiento a unos 500 metros del emplazamiento original y a una menor profundidad (unos cinco o seis metros) para facilitar la posterior excavación.
El informe técnico, que ha sido elaborado por los servicios técnicos de la Dirección General de Infraestructuras y Explotación del Agua, añade que el procedimiento de extracción se hará colocando a ambos lados del pecio unos patines metálicos sobre el que se colocarán las patas de un bastidor fabricado con vigas de un grosor y características específicas. Desde ahí, se introducirán cinchas bajo el pecio, con ayuda de lanzas de agua, formando un conjunto compacto, estable y seguro que se izará con ayuda de un barco grúa hasta la cota fijada. Previamente se colocará una lámina de geotextil que cubrirá y cerrará el pecio, evitando pérdidas de elementos arqueológicos durante el traslado y posterior excavación.
En cuanto a la actividad arqueológica, una vez trasladado el primero de los pecios, se llevará a cabo la excavación y el registro de los restos de ambos barcos. Para ello se documentarán los cascos exteriores, se retirará el sedimento eliminando estratos mediante el levantamiento controlado de niveles y documentando y registrando los objetos encontrados. El sedimento se cribará y se depositará a ambos lados de los pecios en sacos. En el primero de ellos, esto servirá para apuntalar el casco y evitar la apertura del mismo.
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